¿Se puede volar en invierno?

La respuesta es bastante sencilla, claro que se puede.
No solo se puede, una de las cosas que hace la Capadocia uno de los lugares más bellos para volar, para los pilotos, es precisamente la forma en que todo cambia a nuestro alrededor con las estaciones. Por supuesto hace frío, es invierno, pero por norma general es un frío bastante seco y es fácil abrigarse. 

A los amigos que vienen de visita en esta época (entre diciembre y febrero) les recomiendo que vengan con rota de  esquí. En realidad suelo recomendarles que compren la ropa de esquí aquí, las marcas turcas son muy buenas y francamente baratas. 

Además, si tenemos tiempo me gusta dar un paseo por el Erciyes (Erllies se pronunciaría en español), si, el volcán. A solo 60 km del centro de la Capadocia tenemos una fantástica estación de esquí. Muchos días después de ver la imponente mole del Erciyes desde el aire, y después de dejar todo listo para el siguiente vuelo, preparamos unos bocatas o compramos algo para una barbacoa y a correr.
Puedes pasar 4 o 5 horas esquiando por un precio francamente ridículo, en una estación de esquí casi sola para ti. A los que no les gusta esquiar, se quedan en unas cabañitas con barbacoa, dispuestas al final de las pistas entre la nieve.

La nieve, no se cual es la razón, pero rara vez nieva a primera hora, en el horario de vuelo. Cubre todo durante la noche con un manto blanco, en el que podemos ver las huellas de los animales y leer sus correrías nocturnas. Imaginándonos las historias que las acompañan. Tras el amanecer esos días después de las nevadas, miriadas de cristales de hielo con sus diminutas y originales formas geométricas,  flotan a nuestro alrededor haciendo que el aire lance pequeños flashes aleatoriamente.
Definitivamente, no solo se puede volar en invierno, yo no me lo perdería por nada del mundo.